sábado, 1 de julio de 2023

Día #13: Petra y Dana

Hoy no hemos madrugado tanto (6 am), y nos lo hemos tomado con más calma. Esta segunda jornada en Petra la hemos dedicado a visitar con más detalle algunas zonas que el primer día, con las prisas para llegar al Tesoro, habíamos pasado (a propósito) por alto. 

En el camino que va desde la entrada principal, antes de llegar al Siq, ya encontramos varios lugares interesantes, que mucha gente ni se detiene a verlos. Entre ellos la Tumba de la Serpiente que tiene en su interior unos nichos y un relieve muy insólito con dos serpientes que amenazan a un cuadrúpedo y un caballo que carga un betilo (piedras sagradas, que representan a los dioses nabateos, y que consisten en una escultura de una piedra dentro de un templete).


Un poco más adelante destacan dos edificios tallados en la roca de forma escalonada uno encima del otro, de diferente diseño pero interdependientes: la Tumba de los Obeliscos y un triclínio.

Al final de este camino, justo antes de la entrada al Siq, los restos de la que un día fue la presa de Petra, una especie de canal que lleva a un túnel, por donde los nabateos desviaron el agua para que no entrara por el desfiladero y así proteger a los edificios de Petra de las inundaciones.

Y llegamos al Siq, sin apenas gente, para nuestra sorpresa.



A lo largo del paseo podemos encontrar los restos de lo que fue un enorme arco nabateo…

…nichos tallados en la roca en los que aparecen betilos o que están vacíos para poder colocar temporalmente betilos transportables. Las formas de los nichos van desde simples huecos rectangulares hasta nichos arqueados o con diseños similares a templos con pilastras, capiteles, cornisas y frontones…






…arboles que desafían la gravedad (higueras y plantas del Diablo)…

…la talla en la piedra de un Camello con el Caravanero, bastante erosionada, pero que aún se distingue la forma de ambos…

…incluso la de un elefante…

Destacan las canalizaciones (canales y tuberías) construidas por los nabateos para transportar el agua desde los acuíferos exteriores de Petra hasta las zonas habitadas del complejo. Situadas a un metro de altura, están excavadas en las rocas, y nos acompañan a lo largo de casi todo el camino, salvo en algunas zonas donde han desaparecido. 




Y con esto llegamos de nuevo al Tesoro, que nos sigue impresionando. Hay más gente que ayer, pero tampoco resulta agobiante.

*Fijaros cómo estaba cuando salíamos unas horas más tarde:


Caminamos por el Siq Exterior y, antes de llegar al Teatro, subimos al Altar de los Sacrificios. De todas las subidas que se pueden hacer en Petra, ésta es la más sencilla (40’). La subida merece la pena, primero por las excelentes vistas del Siq exterior que hay, y también por el camino de bajada que se hace por una ruta distinta a la de subida.






Este lugar, situado en lo alto de la montaña…


…es la zona de culto más grande y destacada de Petra. Se cree que aquí se realizaban importantes ceremonias religiosas que incluían diferentes rituales como el sacrificio de animales, de ahí su nombre. En la cima hay una vasta explanada dividida en dos partes. La parte sur es la Plataforma de los Obeliscos…



… y la parte norte el Alto Lugar de Sacrificios. 



Como decíamos, el descenso lo hacemos por otro cañón, el de Wadi Al-Farasa. Se trata de una antigua ruta procesional que discurre por una parte menos conocida y explotada de Petra y de una belleza sin igual. 










Recorriendo este cañón hemos disfrutado de varios templos y tumbas a nuestro paso. Ninguno goza de la espectacularidad del Tesoro, el Monasterio o las Tumbas Reales, pero hacen que el sendero sea mucho más interesante. 

El relieve del león tallado en la roca, con unas dimensiones de, nada más y nada menos, 4,5 metros de ancho por 3 de alto. Se sabe que era una fuente. 

Varias tumbas o templos de diferentes tamaños, destacando la fachada de la Tumba del Soldado Romano …


…y el Triclinio Colorado, la única sala de un complejo funerario en Petra que cuenta con elementos arquitectónicos esculpidos en sus paredes de piedra.



Ha sido uno de los lugares que más nos ha gustado, ya que apenas nos hemos cruzado con nadie, lo que ha hecho que se convierta en uno de los momentos más mágicos de nuestra visita a Petra.









Tras algo más de 2,5 horas hemos llegado a la Avenida de las Columnas, donde nos hemos pedido un té para descansar a la sombra. 

Ya solo nos quedaba por visitar la iglesia bizantina, que se encuentra en un alto frente al Gran Templo. Es una de las construcciones más «modernas» de la ciudad, datada ya bajo la cristianización del Imperio, y que destaca por el buen estado de conservación de los espléndidos mosaicos. 






Y con esto, dábamos por terminada nuestra visita a una de las 7 maravillas del mundo moderno. No importa las veces que lo hayamos visto en fotos, en el cine o en la televisión, Petra es uno de esos lugares que no se nos olvidará nunca.


Ponemos rumbo al norte por una carretera rural en buenas condiciones que atraviesa varios pueblos.


Encaramado a una colina de piedra blanca, nos encontramos con el castillo de Shobak, uno de las fortalezas que los cruzados construyeron por esta zona. Se encuentra bastante en ruinas y tan solo quedan en pie algunas estructuras, pasadizos y arcos, por lo que hemos descartado su visita. 


Jordania cuenta con una decena de áreas protegidas y la Reserva de la Biosfera de Dana es la reserva natural más grande de todo el país. Se extiende a lo largo de un profundo valle que desemboca en el Aravá, el wadi que une el mar Muerto con el mar Rojo. Desde los 1.500 metros de altitud baja hasta el desierto del Wadi Rum.


Dana es una isla de tranquilidad, un lugar maravilloso para hacer senderismo y disfrutar del paisaje desértico y las formaciones rocosas. De hecho, aunque te guste caminar, en Dana los mejores momentos los pasas simplemente relajándote sentado encima de una roca disfrutando de las vistas y el atardecer. Y eso es precisamente lo que hemos hecho. Había muchas opciones de pequeñas rutas, pero no teníamos tiempo.

Sí que nos hemos acercado al pueblo, que en su día estuvo completamente abandonado, pero que poco a poco va recuperando algo de actividad.




Las vistas del wadi eran una pasada. Hasta los lugareños se acercaban aquí…






En Dana nos alojamos en un “eco lodge” a la jordana, que ha resultado ser el alojamiento con más gente de todo el viaje, con un ambiente de refugio de montaña. Estos jordanos son gente muy amable, que se desviven por ti, están encantados de que les visites y que compartas un rato con ellos. Incluso aquí, nos daban té en cada momento: “España, tea, welcome”… y nos volvían a llenar los vasos (tenemos el nivel de teína por las nubes!!!)




Tras la puesta de sol, hemos cenado tipo buffet compartiendo mesa con holandeses, franceses… Divertido y la comida típica Jordana muy rica. Y con las mismas, a dormir. 




Seguiremos informando.

2 comentarios:

  1. Hola chicos, "epatada" estoy. Vaya dos días increíbles! Gracias por las fotos, gracias por trasladarme a la maravillosa Petra.
    Besitos

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  2. Yo también quiero pasear por esos lugares tan maravillosos y alojarme en un albergue jordano. Estamos en la etapa del viaje que siempre me da más envidia 😜🤣🤣

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