Día #18: Tel Aviv

Después de dormir, y olvidarnos del día de ayer, hemos empezado a disfrutar de Tel Aviv, ciudad a la que le teníamos muchas ganas. Y, ¿por qué? Pues por cosas como estas.

Es la capital económica y tecnológica de Israel. Es una ciudad dog-friendly (un estudio indicó que Tel Aviv es la ciudad con mayor cantidad de perros por habitante en el mundo). Es también la ciudad preferida para vivir de muchas familias que llegan atraídas por los infinitos atractivos de una urbe joven, animada y muy muy agradable. Pero no sólo es family friendly, es también famosa por ser gay friendly, una de las ciudades del mundo preferida por el colectivo gay.

¿Queréis más razones? Una encuesta reciente halló que Tel Aviv era la ciudad más cara del mundo para vivir. Los precios del suelo están por las nubes. Después de EE.UU., Israel es el país con más compañías cotizando en el índice tecnológico NASDAQ (más que toda Europa junta). Los emprendedores son los nuevos ídolos a imitar en esta ciudad en la está la mayor concentración de start ups per cápita del mundo. Tel Aviv es el ‘Silicon Wadi’ de la ‘nación start up’. 

Estamos alojados en un apartamento en Neve Tzedek, uno de los lugares de moda de la ciudad. Un  barrio de casitas bajas y coloristas, de no más de tres pisos. Algunas, las que se han restaurado impecables y otras muy deterioradas. Un contraste y una estética que choca con el resto de la ciudad repleta de grandes edificios.

Nos hemos acercado al Mercado Carmel, el mercado de frutas y verduras más grande de Tel Aviv, aunque también vende ropa de segunda mano y souvenirs. La atmósfera es genial y autentica. De pronto te encuentras una pescadería, pero el siguiente puesto vende juguetes, y el siguiente dulces, y el siguiente guindillas, y el siguiente quesos...

Aquí hemos desayunado…

…y re-desayunado…

Una de las zonas imprescindibles y más chulas que ver en Tel Aviv es su paseo marítimo, que se extiende a lo largo de 5 km por la costa.

La playa es una parte esencial en la vida diaria de los telavivis. Y es de destacar que, de entre las 12 playas que hay, las hay para todos los gustos: para las familias, para los gays, para los perros, para los surfistas, para los judíos ortodoxos…

Desde Banana Beach el paseo es muy agradable. Llegamos a Jaffa, uno de los puertos marítimos más antiguos del mundo e importantes del Mediterráneo y que no perteneció a la ciudad hasta 1.954, cuando paso a ser uno de sus barrios. Un lugar tan antiguo que incluso aparece citado en el Antiguo Testamento, por ser el puerto donde atracó hace ya muuuuchos años ¡el arca de Noé! cuando el famoso diluvió universal finalizó. 

Es curioso como al lado de uno de los puertos más antiguos del mundo creció en poco más de cien  años una de las ciudades más importantes junto al Mediterráneo como lo es Tel-Aviv. Y también es curioso como ese antiguo puerto que cuenta miles de años de historia supo conservar sus características de varios siglos atrás sin ser arrastrado por el crecimiento explosivo de su ciudad vecina. Mientras en Tel Aviv emergen modernos rascacielos, caminar en Jaffa supone un viaje al pasado (y a ambas no las separan más que unos metros).

Cuando llegamos a Jaffa, el paisaje urbano cambia por completo y lo que se repiten son callejuelas de estilo árabe que parecen de otro tiempo. Hay mezquitas, iglesias y hasta antiguas prisiones y hospitales convertidos en hoteles lujosos con increíbles y únicas vistas al mar Mediterráneo.

Una preciosa Torre del Reloj y varias esculturas muy bonitas…

Y hasta el museo de un personaje que a los más veteranos seguro les suena de la tele. ¿Recordáis a José María Iñigo y su programa Directísimo? ¿Y recordáis a uno de sus invitados estrella? Pues casualidades de la vida, que nos hemos encontrado con él…

En Jaffa, por supuesto, destaca su Puerto…

…las vistas del skyline de la ciudad nueva…

…y su zoco…

Antes de abandonar esta zona tan bonita, hemos probado uno de los mejores hummus del viaje, en un pequeño local donde no hacía sino llegar gente a comer o a pedir para llevar. Solo sirven tres tipos de hummus: picante, normal y con pasta de haba. 

Camino del alojamiento para echar una siesta (entre el calor y que aún colea el día de ayer, la necesitamos), hemos parado en la Colonia Americana, un barrio construido por los peregrinos americanos a finales del s.XIX, con sus típicas casas de madera. 

Tras la siesta, un bañito en el Mediterráneo en la playa que tenemos a 5’. Qué bien nos ha sentado!

Después, hemos salido a cenar. Las calles repletas de gente en las terrazas cenando o tomando algo.

Hoy ha tocado probar el sabich que es como un kebab pero de berenjena asada.

Y después un helado en la que dicen es la mejor heladería de la ciudad, Anita. Damos fe de que estaban muy buenos. 

Mañana más.

Seguiremos informando.