DÍA #0: Llegada a Israel

Como todo primer día de viaje, nos ha tocado madrugar. Y mucho, ya que el vuelo salía a mediodía de Madrid. Así que unas horitas de coche, otras horitas de espera en el aeropuerto y listos para embarcar. 

El vuelo en hora y lleno de grupos organizados a peregrinar por Tierra Santa. Hasta nos han dado conversación en el avión (con lo poco que le gusta a Roberto socializar!!!). 

Aterrizar en Israel un viernes a la tarde tiene su cosa mala y su cosa buena. La mala, es que durante el Sabbah (casi) todo se para. No hay tren, ni tranvía, las tiendas y restaurantes están cerrados… De hecho, para llegar a Jerusalén hemos cogido el único medio de transporte disponible, los sherut compartidos que en algo menos de 1 hora nos ha dejado en nuestro apartamento. Al final, no nos ha parecido tan mala opción. Además, de camino hemos podido ver partes del muro de la vergüenza que aísla asentamientos palestinos.

Pero lo mejor que tiene estar en este país, pero sobre todo en esta ciudad durante el Sabbah es poder vivir en primera persona el peregrinar de cientos de judíos, en familia, con amigos, solos… desde los ultra ortodoxos a los más, digamos, normales. ¿Y a dónde se dirigían todos ellos atravesando las callejuelas empedradas del Barrio Cristiano de la Ciudad Vieja? Pues al lugar más sagrado para su religión, el kotel, muro occidental, más conocido como el Muro de las Lamentaciones. 

Wow!!! Impresiona estar aquí y ver esto. A la izquierda del Muro los hombres. A la derecha las mujeres. Ellos cantando, rezando en voz alta, con esos movimientos en vaivén que no cesan. Ellas también rezando pero en silencio, sin grandes gestos ni cosas raras. No permiten usar el móvil ni ningún dispositivo electrónico ya que durante el sabbath está prohibido (junto a muchas otras actividades). No importa. El sentimiento que nos llevamos es lo que de verdad importa. Viéndoles, sobre todo viéndolas a ellas… nos preguntábamos ¿son felices? Y es que no podemos dejar de acordarnos de la serie Unorthodox (que os recomendamos ver).  

Habremos estado más de 1 hora observando, disfrutando, sintiendo, preguntándonos cantidad de cuestiones sobre sus actos, su vestimenta, sus costumbres. Algunas las hemos podido resolver. Otras esperamos hacerlo en los próximos días. 

Ha llegado un momento en el que la actividad en el Muro ha bajado y la gente se iba alejando entendemos que de vuelta a sus casas. Hemos hecho lo mismo, ya que el cansancio empezaba a hacer mella, atravesando esta vez el barrio musulmán. Curioso, verdad?

Creemos que no podíamos tener una mejor primera toma de contacto con el país y con Jerusalén. Algo que no se nos olvidará nunca. Once in a life time!

Seguiremos informando.