sábado, 17 de junio de 2023

DÍA #1: Belén

Seguimos en sabbat y el ambiente en la ciudad de Jerusalén sigue igual, con un trasiego de judíos camino del Muro de las Lamentaciones y (casi) todo cerrado. Es por esto que hoy habíamos planificado escaparnos a Belén.

No nos lo hemos planteado, y nos hemos ido como a nosotros nos gusta, en autobús público, el 234…

…que nos ha dejado en el checkpoint 300, aún en Israel. Porque para entrar en Belen, que no nos olvidemos que es territorio palestino, hay que atravesar unos controles de seguridad. 

Lo primero que vemos es un inmenso parking pegado al muro de la vergüenza (ese muro que Israel está construyendo con el objetivo de aislar todo territorio palestino en Gaza y Cisjordania. Casi 700 kilómetros).

Mensajes, imágenes e historias dan color a esta parte del muro. Algunos son revolucionarios. La gran mayoría de paz, amor y solidaridad. Grafitis y escritos que ponen los pelos de punta.

El grafitero mundial más famoso, Banksy, ha dejado su huella en varias partes del muro como muestra de apoyo a su causa, como la niña que cachea al soldado, que se encuentra dentro de una tienda!!! “If you want to take a picture, you have to buy something”…

los ángeles abriéndose paso en el muro

… y la paloma con rama de olivo en el pico y chaleco antibalas con la diana del francotirador. 

Seguimos camino del centro. Nos encontramos calles con nombres conectados a Jesús: la calle del Pesebre, la Calle de la Estrella (sus puertas de colores abren paso a talleres artesanales y comercios de todo tipo), y la Calle de la Natividad. 

Llegamos a la Plaza del Pesebre, el centro neurálgico de la ciudad. Belén es la típica ciudad árabe, donde curiosamente hay más campanarios que minaretes, pero la emigración de cristianos, principalmente debido a la ocupación israelí, los ha reducido hoy a una minoría.

Hay muchas tradiciones que se asocian a lugares físicos. El nacimiento de Jesús es un ejemplo. “…hay estrellas, sol y luna, la Virgen y San José, y el niño que está en la cuna... Pastores venid, pastores llegad, a adorar al niño que ha nacido ya". Belén, y más en concreto, la Iglesia de la Natividad (una de las iglesias cristianas más antiguas) es un lugar de peregrinación cristiana. El pequeño pesebre donde el hijo de Dios vino al mundo se ha transformado en una iglesia que presume de ser uno de los lugares más visitados por cristianos de todo el mundo. Se trata de un edificio compartido por la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Apostólica Armenia y la Iglesia Católica.

Sorprende que la entrada desde el exterior a un templo tan importante sea por una puerta tan pequeña (es como la puerta pequeña de Imaginarium!!!). En realidad, la puerta original era más ancha y alta, pero fue tapiada en tiempo de los cruzados, con el objetivo de evitar asaltos y saqueos con carros y caballerías. Otras versiones dicen que el objetivo a cumplir es que el peregrino y en general cualquiera que acceda tenga que postrarse como signo de reverencia al entrar en tan sagrado lugar.

El interior es sencillo, apenas el suelo de mármol, las columnas corintias, lamparas y mosaicos dorados, incluso el altar resulta entrañable. A la derecha la zona ortodoxa. A la izquierda la armenia. 

Y en el subsuelo, apenas unos peldaños nos separan de la GRUTA DE LA NATIVIDAD, con la Capilla del Pesebre, que señala donde estaba el pesebre sobre el cual la Virgen colocó al bebé recién nacido…y el lugar exacto del nacimiento que está marcado por una gran estrella de plata de 14 puntas rodeada por lámparas de plata. Nos ha tocado hacer una larga cola para poder verla y tocar la estrella.

La verdad es que un viaje a Tierra Santa, aunque no seas un fervoroso creyente, supone seguir las huellas de Jesús, y eso es lo que hemos empezado a hacer nosotros hoy.

Saliendo hemos visitado la cara más moderna de la basílica de la Natividad, anexa al complejo, la iglesia Católica de Santa Catalina, donde tiene lugar la famosa Misa del Gallo el día de Navidad!! Es la iglesia parroquial de Belén y parte de un Monasterio Franciscano.

Tras esta visita, hemos cogido la calle de los artesanos, con pequeños negocios que trabajan la madera y tiendas que ofrecen todo tipo de productos navideños para el árbol... 

… y, en apenas 5’ hemos llegado a la Gruta de la Leche. Cuenta la leyenda que una vez nacido Jesús, un ángel se le apareció a José para ordenarle huir a Egipto y así evitar a Herodes y su matanza de los inocentes. En su huida, María y José pararon en un determinado lugar para alimentar a su bebé y una gota de leche cayó sobre la roja roca transformándola en blanca... ese lugar es la Gruta de la Leche, un santuario levantado en honor a la Virgen. 

Y después de estas visitas, nos hemos adentrado por las callejuelas más típicas, donde los sábados se celebra un mercado súper auténtico. Qué locura, qué desorden, qué caos y ruido… y cómo nos gusta!!! 



Olores y sabores que hemos disfrutado probando un falafel y un hummus al estilo palestino, llamado Msabbaha, donde la gran diferencia es que los garbanzos están enteros en lugar de triturados. Estaba todo muy rico. Iremos haciendo catas en este viaje para ver dónde cocinan mejor estas especialidades de su gastronomía. Qué duro trabajo!



Aunque los taxistas se empeñen en decirte que la distancia es de 6 kilómetros cuando de verdad son 3, o que el autobús 231 ha dejado de operar, nuestro instinto y experiencia viajera nos hace reírnos con ellos y seguir nuestro camino. Y así lo hemos hecho para regresar a Jerusalén. En esta ocasión, cogiendo el bus 231 en el centro de la ciudad, lo que nos ha obligado a parar en un control de carretera justo al salir de Belén. Tras bajarnos del bus, 2 policías israelís armados y uniformados nos han pedido los pasaportes para poder continuar el camino. 

El día ha sido caluroso (habremos rondado los 32 grados), pero se han llevado muy bien. Eso sí, una vez en Jerusalén el viento ha hecho que la temperatura cayera y hasta tuviéramos sensación de frío. Tras visitar la plaza Safra, donde se encuentra el ayuntamiento y diversas esculturas…

… hemos querido ver cómo despedían el sabbath en el Muro, así que hemos repetido el camino de ayer.  Había menos gente y los que terminaban de rezar, se ponían a comer como si no hubiera un mañana (y eso que creemos que el sabbath no les prohíbe comer, como ocurre con los musulmanes y el ramadán). 


…curioso contraste el del Muro y la cúpula dorada de la mezquita y la llamada a la oración. Es lo que tiene esta ciudad sagrada.

…de nuevo atravesando el barrio musulmán y saliendo de la Ciudad Vieja, por la Puerta de Damasco (con mucha policía), 

…hemos parado a cenar junto a la Puerta Nueva. Una pizza con ZA’ATAR, una mezcla de especias muy utilizada en la cocina árabe cuyo sabor es parecido al orégano, pero un poco más salado y ácido y que lleva hisopo, zumaque, semillas de sésamo y sal. Salada estaba pero rica también.


El sabbath acaba de terminar… prueba de ello es que el moderno tranvía que pasa al lado del apartamento ha empezado a funcionar y se nota mucho ambiente y ruido… ¿a ver si lo vamos a echar de menos? 

Mañana toca madrugón. Seguiremos informando.

5 comentarios:

  1. Hola chicos, solo puedo decir guau!! Vaya primer día más intenso.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  2. Esta cita es ya de los manuscritos del Mar Muerto: "las muñecas de famosa se dirigen al portal...". LM

    ResponderEliminar
  3. Qué bien se os ve. A disfrutar!!!@

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo siento, no sabemos quién se esconde tras este anónimo…Aún así, gracias x seguirnos.

      Eliminar